Aunque cada niño crece a su propio ritmo, es conveniente conocer algunas de las etapas del crecimiento para acudir a un especialista si observamos que se producen retrasos en el desarrollo del niño. Al igual que se miden los tiempos para cambiar la alimentación, también hay que prestar atención al habla y al desarrollo de esta habilidad. Aunque en muchas ocasiones estos trastornos se corrigen por sí mismos, es importante acudir a un logopeda si detectamos los siguientes signos:
Dislalia: los niños omiten un fonema concreto o lo sustituyen sistemáticamente por otro. Aunque todos los niños pasan por esta etapa cuando están aprendiendo, si se prologan durante mucho tiempo es conveniente que un logopeda lo trate para descubrir si es una fase temporal o hay que llevar a cabo un tratamiento. Si se produce más allá de los 4 años o interfiere notablemente en la comunicación hay que consultar al logopeda.
Disfemia o tartamudeo: es importante tratar este trastorno cuanto antes para ayudar al niño a corregirlo. En estos casos, el logopeda podrá realizar ejercicios con el niño que pueden hacerse también en casa para ayudar a superar este problema. Nunca hay que forzar al niño a que repita las palabras con las que se traba, sino que lo mejor es hacerlo de manera natural para que no se sienta presionado.
Maloclusiones: hay veces en los que las piezas dentales interfieren en el habla. En estos casos, después de consultar al odontólogo y de llevar a cabo un tratamiento para mejorar la posición de los dientes, el logopeda puede ayudar al niño a pronunciar de manera correcta. Durante el tiempo en el que ha tenido las piezas dentales mal posicionadas ha podido adquirir algunos vicios en la pronunciación por culpa de estos dientes.
¿Y si no empieza a hablar?
Algunos bebés empiezan a balbucear cuando cumplen un año de vida, pero no ocurre igual en todos los bebés. Entre los 18 y los 24 meses ya empiezan a formar algunas frases. Sin embargo, no ocurre igual en todos los bebés y los hay que hasta los 20 meses no empiezan a balbucear. Si el crecimiento, la alimentación y el desarrollo son normales, el habla aparecerá tarde o temprano, por lo que no debemos alarmarnos ni compararlo con otros bebés o con los hermanos mayores.
Un signo de alerta ante un trastorno cognitivo, que puede afectar al habla, es que el bebé de estas edades no fije la atención en los objetos que lo rodean ni se relacione bien con el entorno. En esos casos, además de acudir a un logopeda para detectar trastornos del habla, también sería conveniente consultar con otros profesionales por si hubiese un problema neurológico o de otro tipo.
Si tu hijo estudia en el Colegio Europeo de Madrid, tienes a tu disposición un equipo de logopedas que podrán ayudarlo a mejorar su habla. De esta forma, podrá superar sus trastornos comunicativos y mejorar su rendimiento académico, en uno de los colegios privados de Las Rozas, más destacados en innovación pedagógica